Llevo desde que era pequeño jugando a este deporte y creo que nunca me cansaré de hacerlo. Hay gente que piensa que no merece la pena sufrir tanto por él, pero yo creo que no. Es una forma sana que puede tener la gente para competir amigos contra amigos, en una tarde en la que no tengan nada que hacer. Sienta bien quedar un fin de semana, jugar unas horas, y después tomarse un refresco en el bar de la esquina,...
Es que para mi, el fútbol es una de las pocas cosas en mi vida que tiene la capacidad de jugar con mis sentimientos. Cuando juego con mi equipo, hay goles que me hacen gritar, penaltiles que me hacen temblar, expulsiones que me hacen casi llorar... Sin embargo, al final del día, lo que queda es una sonrisa que representa el recuerdo de lo maravilloso que es el fútbol. Sin duda alguna, es una de mis pasiones, que me hace disfrutar de mi tiempo.
Es una pasión que se lleva dentro y que además sirve como diversión, como entretenimiento y como desahogo. Es una forma que me sirve a mi para despejarme de todo mis problemas. Me mantiene en forma y doy lo máximo en cada rato que jue
go porque me hace sentir bien.
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